ESTAMOS HECHOS DE ÁTOMOS, NO DE BITS
A Erik Spiekermann le gusta viajar en los ferrocarriles alemanes; no solo porque le sirven el café en taza grande, sino porque la inscripción de la taza viene en un tipo de letra creado por él mismo. Es este un dato que conseguí en el perfil de Erik en Twitter, gracias a que este diseñador está activo en la red social durante sus desplazamientos.
De uno de los primeros tipógrafos en utilizar un ordenador a mediados de la década de 1980 a miembro activo de esta comunidad digital con 322 000 seguidores: con el paso de los años, Erik ha sido testigo y partícipe de la transición del mundo analógico al digital en las artes gráficas, los productos de impresión y, en general, el mundo de los medios.
En los últimos tiempos, por ejemplo, los últimos 5 años, ¿se ha producido en las artes gráficas alguna evolución importante que te haya llamado la atención (ya sea a mejor o a peor)?
La impresión digital está en condiciones de competir desde que es capaz de imprimir en prácticamente cualquier tipo de papel y, sobre todo, en formatos de pliego. Permite hacer tiradas pequeñas de forma rápida y asequible, y la calidad de impresión apenas se distingue de la del offset.
Es una pena que cada vez sean menos las pequeñas imprentas que imprimen en los formatos intermedios o incluso en máquinas de 1 o 2 cuerpos. Con estas máquinas, y especialmente en las tiradas pequeñas, la tipografía en negro se imprime mejor que con las Speedmaster de 6 u 8 cuerpos.
La impresión 3D queda fuera de este ámbito, por mucho que se la considere un proceso de impresión. Sin embargo, no me extrañaría que pronto viéramos planchas de litografía fabricadas con una impresora 3D.
¿En qué medida ha ayudado la digitalización a los impresores y a las imprentas? ¿Y cómo ha ayudado a las artes gráficas como medio?
El recorrido desde el diseño hasta la impresión se ha acortado y los formatos de datos comunes han dado lugar a estándares. ¡Nos resulta difícil imaginar cómo nos las apañábamos antes de la introducción del estándar PDF! Hoy nadie necesita enviar muestras físicas ni rezar para que estén aún los fotolitos cuando el cliente pide más ejemplares.
Por otra parte, los diseñadores gráficos tienen hoy un papel más prominente que nunca. Ya no actúa ningún fotomecánico, ningún maquetador realiza imposición alguna y son raras las pruebas de contrato. Con ello se ahorra tiempo y dinero, pero nos volvemos más tontos y el proceso es cada vez más opaco.
Sin embargo, la consecuencia principal de la digitalización es que ha acabado con muchos medios impresos. Casi siempre, lo que se puede leer en una pantalla ya no se imprime. Cuanto más se digitaliza el sector de las artes gráficas, más se cava su propia tumba.
En otra entrevista mencionaste que la litografía es principalmente el resultado de sus propios límites físicos, y que son estos límites los que refuerzan su valor. ¿Se podría decir lo mismo de la impresión digital?
Más bien al contrario: ¡la impresión digital apenas tiene límites! Para mí, tiene la ventaja de que el negro es más negro, mientras que los colores son más gruesos y no se diluyen con agua (o alcohol), como se requiere con el método litográfico.
¿De qué modo aprovechas las redes sociales para impulsar tu negocio?
Si tuviera que impulsar mi actividad con publicidad al uso, sin duda iría hacia atrás y perdería mi credibilidad.
Me limito a comunicar aquello que me interesa y confío en que también sea del interés de mis amigos y compañeros de nuestro ámbito. No es problema que vean que tengo que vender determinadas cosas para poder financiar mi labor intelectual. Sin embargo, sería inviable aprovechar mi red para vender de todo y a todos, únicamente para ganar dinero.
¿De dónde sacas tu inspiración? ¿Hay personas que te inspiren?
La vida es una inspiración suficiente. Basta con mantener abiertos los ojos.
En los últimos tiempos, parece que lo «analógico» está reviviendo, como con los discos de vinilo o los artículos impresos especiales. ¿Por qué crees que los productos analógicos de alta calidad han recuperado popularidad?
Pienso que se debe a que estamos hechos de átomos, no de bits. Porque comemos, bebemos, vamos al baño y, en todo, somos seres analógicos. Lo digital es totalmente ajeno a nuestra naturaleza y puede ser únicamente la excepción, nunca la regla. La tendencia se está invirtiendo justo ahora.
¿Hay algún medio inesperado y nuevo para ti que te haya sorprendido en los 3 o 4 últimos años dentro del ámbito del diseño?
Los numerosos productos nicho: libros, revistas, periódicos en tiradas pequeñas y diminutas… Claramente, publicar está entre nuestros deseos más humanos, y tener en las manos un producto impreso sigue siendo una experiencia distinta a la de movernos por una pantalla, donde todo se esfuma en un instante, apagamos el aparato o agotamos la batería. A ello hay que sumarle las otras propiedades de los medios impresos: sabes en todo momento dónde estás, puedes saltarte más rápidamente lo que no te interesa y tu atención no se desvía por los enlaces que llevan a otros lugares. Las ventajas de los medios digitales también son su desventaja: no tienes tranquilidad en ningún lugar, ni realmente se termina nunca. En la doble página impresa, encuentro cosas que no estaba buscando. En una página web, tengo que buscar para encontrar siquiera una información útil. Por tanto, siempre tengo que saber qué quiero leer, ya que, de lo contrario, me ahogo en todo un torrente de información. Las páginas de un libro o de una revista son como una playa desde la que puedo decidir dónde quiero nadar, o si me apetece siquiera saltar al agua.
¿Estás leyendo ahora algún libro interesante?
Andre Wilkens: Analog ist das neue Bio (Analógico, el nuevo ecológico).
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